En el día de la madre regalémonos sanar la madre interna

Soy conmigo como vi a mi madre sentir hacia sí misma, hacia mí y hacia el mundo. Aprendí a tratarme como ella se trataba.
El regalo en este día, para todas, es que podemos convertirnos en la madre que siempre quisimos –con nosotras mismas.
Aceptando las limitaciones de nuestra madre externa, que podía amarnos como se amaba a ella misma.
Enfrentar que mi madre no pudo y no va a poder satisfacer mis necesidades de la manera que necesitaba y quería, es pasar por un proceso de duelo.
Tengo la oportunidad de darme cuenta de que si me sentí abandonada no fue por mi culpa. Y puedo abandonar la lucha para demostrar mi valía en el mundo.
Al sanar tu madre interna, al confrontar este dolor, podemos darnos cuenta de que lo que pensábamos que era nuestro dolor es en realidad parte del dolor de nuestra madre que nosotras cargamos por amor. Ahora podemos elegir dejar esta carga. Podremos sentir la confianza en nuestros cuerpos y en nuestros corazones para desarrollar una auténtica plenitud y amor propio.
Al convertirnos en la madre “suficientemente buena” para nosotras mismas, nos liberamos.
Una vez hemos atravesado el duelo por nosotras mismas, entonces podemos comenzar el duelo por nuestras madres y por todas las mujeres.
El duelo nos repone y nos fortalece.
Como mujeres, podemos sanar y darnos lo que nuestras madres no nos podían dar. Podemos convertirnos en nuestra propia fuente. Nuestra propia sanación no es sólo un regalo para nosotras mismas, también lo es para el mundo. Y permite reformular un vínculo adulto con nuestra madre si la tenemos.
Cuando nos permitimos contactar con lo que se siente como un hambre antigua, inagotable para una madre inagotable, nos damos a luz a nosotras mismas en nuestra verdadera identidad. Nos volvemos una fuente inagotable, desbordante de amor y abundancia que no depende de las circunstancias o condiciones. Entonces podemos vivir al servicio de lo que realmente somos- el amor mismo.
Simone Seija
Adaptado de La Importancia de la Madre Interna: El Duelo por lo Imperfecto, el Encuentro. Bethany Webster.